martes, 30 de enero de 2024

A veces me desespero, a veces no

 Creo, me acuso de no estar escribiendo nada. Ni avanzando con la novela que empecé hace 29 años, ni con la nueva, ni anotando poemas sueltos en papelitos como siempre ni escribiendo libros de poesía "enteros" como últimamente, ni pasando en limpio el último que terminé, ni contando las mil ideas que tengo anotadas, cada una en su archivo de word, para cuentos. Hago así malditas listas mentales de lo que NO hago.

Me canso  mucho.

Al rato le saco el NO a todo y siento en mí una ola tibia, caliente, dulce, perfumada, que mueve suavemente lo malo e inútil de mi lomo y de mis ojos, y me jura al oído que todo, todo, esto que sí hago es el espacio, el tiempo, la fe en mis mundos, elementos imprescindibles para que "termine" mis "obras".

lunes, 8 de enero de 2024

Poderes

 Poderes 


Puedo ver lo que otres no pueden.

Puedo escuchar lo que no todes.

Hacer cosas con hilo y con madera 

y con palabras y música puedo.


También puedo señalar una cosa,

subrayar un sonido, decir 

qué te parece esto o aquello.

Esto 

no me hace mala. Ni me ayuda 

a que me quieras.





lunes, 1 de enero de 2024

sábado, 30 de diciembre de 2023

19 meses

 Muté el 30 de mayo de dos mil 

veintidos.

Me autotransplanté mutada 

el 19 de julio del mismo año.

Recién hoy han pasado los días

las noches, los minutos, los momentos 

necesarios, suficientes

para que el sonido de la puerta 

del auto del vecino y el ladrido de todes 

les perris de la cuadra que reconozco y saludo 

y la voz destemplada o meloza 

de vecines y trabajadores de la cuadra 

y el llamador de ángeles que puse adelante 

y el techito de chapa que está medio suelto 

y hasta el chucuc chucuc del tren que conozco desde siempre pero acá viene más seguido con el viento 

no me asusten y me convenzan de tanto repetirme: 

Estás en casa, estás

Estás en casa.



Inédito. Fresquito y caliente. Corregible. Ahora sin borrador anterior.








viernes, 1 de diciembre de 2023

Microcuento recién para Notanpuan, tenía que tener las palabras madre y noche

 Era el primer cumpleaños de mi madre que pasábamos separadas. El mío no era lo mismo, yo solía elegir alejarme de ella para festejarlo. Apenas me desperté, dije "Feliz cumpleaños, má". Al aire no más, porque ni ella ni yo creemos mucho en espacios específicos para la gente muerta. Por la noche, yo soñando vaya una a saber con qué, la sentí entrar volando por mi ventana abierta, abrazarme mejor que en vida y responder claramente: "Gracias, hija".

sábado, 18 de noviembre de 2023

Veces

 VECES


Paula Irupé Salmoiraghi


A veces me parece obvio

que el sentido de mi vida,

todo y lo único que tengo que hacer,

es leer y escribir.

Y es esto tan enorme y magnífico

que me desborda y me contiene.

Otras,

otras veces,

muchas otras veces,

esto,

esto mismo,

leer y

escribir,

es tan 

ridícula

angustiantemente

poco.

miércoles, 18 de octubre de 2023

Las voces del desierto más poblado

 Las voces del desierto más poblado


Paula Irupé Salmoiraghi


Yo no conozco el desierto

sino sus voces: la de Gabriela

que llegó a mi infancia como beso silenciado,

la de la Vagabunda

que vive en este y en todos los desiertos 

físicos y figurados,

la de Violeta que guitarra y canción

y tantos discos y surcos y partituras,

la de Libertad cuyo desierto tiene ríos

y heroínas mesopotámicas.


Yo no conozco el desierto,

quizás la quebrada o la salina pero turista

no es tener la cuerpa seca ni mojada,

solo la oreja y las bocas se comunican,

solo

los sonidos de músicas y vientos,

las piedritas que vienen a la ciudad y levantan

paredes y caminos, las arenas

que se compran en el corralón

de materiales.


Yo no conozco el desierto pero sé

que él y sus voces me conocen.


Inédito y fresquito para el Taller La coordillera, coordinado por Sabrina Barrego. 18 octubre 2023.

viernes, 13 de octubre de 2023

Canto rodado

 Canto rodado


Mi mamá era arquitecta pero no era

feliz.

Tenía cinco hijes pero no

había querido ser madre.

Yo era la mayor, la que

le impuso el título y la 

seguidilla, une por año casi.

Mi mamá se quejada de que

el corralón no entregaba a tiempo

los materiales, a mí

solamente me importaba

el canto rodado.

Canto rodado, canto

rodado, rodado, yo

no sabía a los 4 o 5 años

de dónde venían ni las piedritas ni el nombre sonoro

pero sabía elegirlas y jugar

sin metérmelas a la boca como

los mocosos.


Luego un tiempo de pensar en el río,

en el agua y su poder de roer y llevar y traer

en el tiempo.

Luego fui madre y feliz y a ella

le gustaron bastante sus nietes mientras

no le dijeran abuela.


Hace años que ella murió y el canto rodado

fue reemplazado en las construcciones

por piedritas grises, opacas, todas iguales,

sin redondeces ni recuerdos

fluviales.


Ahora

haciendo pozos en la casa que me compré

con la herencia que me dejó, 

hundiendo mis manos viejas en la tierra

para llenar los baldes rotos y los tachitos

que uso como macetas

encuentro los antiguos brillos de bordes pulidos.


Las lavo, las vuelvo a acunar,

las pongo en los repechos de mis ventanas

y en los estantes de mi cocina. Me dan ganas

de saborearlas.

sábado, 1 de julio de 2023

La autoexplicadora

 Necesito entender lo que me asusta 

para que deje de asustarme:

Nunca estuve tanto tiempo sola en mi casa.

Solo es eso: tiempo libre, libertad 

e infinitas posibilidades no obligatorias por primera 

vez en mi vida 

a los 50 cobardes años.





Vieja hucha

 Además de jubilada y transplantada,

además del sueño cumplido de levantarme a las 10

y no peinarme,

de la promesa de transformarme 

en la vieja de las plantas,

la de los gatos, la que hace "los mandados"

día a día y en ojotas,

le sumo la vigilancia avara 

de todas mis posesiones:

controlo puertas, auto modelo 96, 

animales, macetas,

libros, celular retro, 

amigues, hijis, rayo de sol que me atraviesa 

de un patio a otro.



Del inédito e inconcluso Manual teórico-práctico de Hermenegilda