sábado, 8 de enero de 2011

Mi tren a Bahía

Andrea Testarmata, bahiense, poeta y una de mis nuevas amigas desde el Zoológico de poetas, ha puesto algo de Mi tren por aquí:

http://enfocandopoesia.blogspot.com/2011/01/paula-irupe-salmoiraghi.html

La puerta mi puerta todas las puertas

VENÍ, VENÍ, SEGUIME



Vení, vení, seguime
¿Mis padres? Yo no tengo padres
nunca los tuve
y lo que está ante vos no es mi casa.
Llegaste hasta mi médula
sacudiste
mi ternura creyendo
golpear mi puerta
bordeaste mis abismos
creyendo cruzar mi calle.
Estás ante el nudo de mis miedos
frente al humo de mi desamparo.
No te invito a mi cuarto
te introduzco
entre mis mármoles carnales
te inicio en la liturgia
de poseer mis rincones
en la ceremonia de venir
a visitarme un lunes por la tarde.

Te descubro en mis desnudeces
te sumerjo en mis humores
te enjabono con mis coágulos
( espuma roja)
te empolvo con mis horas molidas a mortero
te unto de alaridos
musgosos babeantes
te aromo con mis versos quebrados
punzantes
te reflejo en mis ojos de vidrio
vacíos vaciantes.

Y avanzas entre hogueras
entre fuegos fatuos
entre escombros vivos
entre vidrios calientes y entre voces
brotadas de alabanzas.
En mi garganta gruñe
la huella de tus pasos.

Y nos envuelven llamas
y nos enredan salmos.
Tu abrazo se me enrosca en la mirada
tu beso es incienso de humo errante
tu cuerpo funde el mar el hierro el canto
el cielo el surco la ofrendada
superficie de mi piel y de mis pactos.


Sentate, ponete cómodo.
Despliego para vos en cartón de mis ternuras
te rodeo con mi biombo
azul de nauseas gris de mitades.
¿Qué es tarde? Los relojes son cascotes en mis manos
lo que cae sobre el mundo no es la noche
lo que muere a tu lado no es la tarde.
Has revuelto mi carroña
bebido en mi taza el rocío
ácido de mis sábanas
modelado en tu boca las migajas
sedientas de mi amor desesperado.
No te invito a caminar la noche
te arrastro en mi caída en mi tornado
te condeno a llegar conmigo al muelle
a la rampa sobre el agua tumultuosa
que construye mi deseo
en la ventana.

Y estás listo a penetrar mis laberintos
y el mareo que te hamaca
y mis brazos que te empujan
hacia el fuego hacia la pira
al abismo al mar al sacrificio.
Sobre mi olor a sales y a cenizas
sobre mi aliento a algas y a vacío
tus pies se afirman.
Tus pies que conocen el final.

Y hemos vomitado los secretos
y rejuntado la magia con los dientes.
Nuestras lenguas paren el conjuro
y el espasmo final nos eterniza.
Y caemos
caemos hacia arriba hacia abajo o hacia adentro
caemos en el magma sin reflujos.
Sobre nuestras cabezas bajo nuestros pies
algo se solidifica.
La puerta mi puerta todas las puertas
rechazan todo intento de regreso.



De Mi tren monoplaza. Ediciones del Dock. 2010