jueves, 10 de septiembre de 2020

Poesía de ciencia-ficción

 El cuento personal es que, apenas me enteré del kilombete que armaron los poetas de dedito levantado en la tacita de té alrededor del concurso del FNA y la dirección de Mariana Enriquez, me puse, de conchuda no más, a fabricar el mejor libro de mi vida. Mirá si será que ni pudor me dá decirlo. Hace mes y pico que estoy creando realmente un universo en verso. Y escribí toda la vida pero nunca me había pasado esto. 

La cosa es que cuando lo mando por fin al bendito concurso, me invitan a ser prejurado. Y así como no dudé en que tenía que estar ente año en ese concurso que desprecié por pacato y "nacional" desde siempre, ahora no dudé en bajar mi postulación para dedicarme a leer a otres.

Mi Laura Ponce, de Ediciones Ayarmanot, mientras se lo contaba me aceptó ocupar el rol de editora. Y estábamos las dos como dos bolus viendo quién le hacía el favor o le pedía el favor a quien porque hace mil que nos moríamos las dos por hacer esto juntas y no nos decidíamos.

Le dije que el destino de mi nuevo libro era ser editado por Ayarmanot, ganara o no ganara, concursara o no concursara, yo quería meter poesía en fandom CF y no viceversa. Así que ya saben: cuando se pueda, se edita, se lee, se comparte, se festeja.

Mi changuita de septiembre

No sé que tan secreto o pudoroso o éticamente chapeable sea esto de ser humilde prejurado en el felizmente polémico concurso de FNA. Yo refeliz ante todo. Deslumbrada estoy con este laburito que pegué de prejurado. Se me cae la baba ante las poéticas que voy descubriendo. Me encanta ver el perfume generacional, el aire de época, el tufo a familia más o menos ensamblada o disfuncional.