domingo, 8 de septiembre de 2019

Una canción nacida de una novela

Eugenie y María en la mesa de la cocina


Canción basada en un episodio de La vida de los elfos, de Muriel Barbery


lam
Un amanecer en que Eugenie
MIM
Bajó a la cocina
rem lam MIM
se detuvo en seco ante la gran mesa
lam
donde comían.


Allí sólo había una cafetera
de barro cocida
un vaso de agua y tres dientes de ajo
en la oscuridad.


LAM
Saborea la quietud
MIM REM
de la sala todavía tibia donde
LAM
una familia ha cenado
MIM
y comprende que María,
que a veces atraviesa la casa
REM LAM
en las horas sombrías del sueño,
MIM
ha cambiado de sitio
REM LAM
los tres dientes de ajo y el vaso de agua
MIM
y con ello ha cambiado
LAM
el espacio por completo.



Euge no conoce más belleza que
el vuelo de un pájaro
auroras del bosque y las risas de
les niñes querides.


Pero lo que ha hecho sobre aquella mesa
en sueños María
Corteja lo divino y Eugenie recibe
el amor y el arte en su corazón.

Una canción nueva

LA DESBORDANTE PAULA IRUPÉ



DO
Que quererme muy poquito
SOL
es muy fácil ya lo sé
lam
problema es quererme tanto
SOL
como creo merecer.


Que no haga ya tragedia
me dijo cuando se fue
tantos tantos tantos días
me costó a mí entender:


Que si no puede quererme
no es tan grave, qué va a hacer…
Minimicemos la cosa
que total ya me olvidé:


Que tu corazón chiquito
quiere así como está bien
y no entiende esta marea
que te revuelca a mis pies.


No te preocupes, querida,
nada nada me debés
que si en tu vida no falto
es porque siempre sobré.

De poeta a cantautora

Me debo a mí misma esta entrada, en este blog, para anotar cuánto de común y de distancia hay entre escribir poesía y componer canciones. Claro que la manía por las letras la tuve siempre, y la música "pelada", sin palabras, poco me emociona. Pero lo digo y es mentira: la música lleva y trae las palabras de un modo que no puede hacer el papel o la mirada sola o la voz sin melodía y sin ritmo (si es que eso es posible de algún modo).

Desde que mi profe de guitarra me propuso componer desde la armonía y con la guitarra, noté que no tenía nada que ver con ponerle música a un poema. A partir de acordes y rasgueos empecé a usar mi voz sólo como instrumento: lo primero que salió fue un tarareo sobre rasgueo de zamba. Qué decir viene siempre después. Claro que mis temas y obsesiones son los mismos o fluyen hacia los mismos puntos, pero nunca es lo mismo aquello que me animo a cantar y aquellos que guardo en un libro de papel.

La semana pasada fue mi primer ciclo como cantautora y mostrar, tirar al aire con micrófono y guitarra amplificada, esas palabras, no se parecía en nada a leer mis poemas. Cada canción está mucho más viva y más separada de mí que cualquier poema. Cada estribillo, cada estrofa que puede ser repetida o coreada por otres, tiene una vida lejos mío que me emociona y me llena de vértigo y ganas de hacer más y más.

Es muy bello.

Pequeñas Editoriales de Poesía Argentina

Estuve ayer en la Feria de Pequeñas editoriales de poesía argentina. Hermoso espacio, idea y realización. Me sentí en mi lugar y redonda. Mi primer editor, Carlos Pereiro de Ediciones del Dock, al que quiero tanto por mi recorrido con él para sacar Mi tren monoplaza en 2010 y por su labor durante tantos años con la edición de poesía, me presentó al editor de Revista La guacha diciendo: "Ella es del palo". Y yo me lo tomé muy en serio, muy como recibiendo el honor que me merezco.

Me tomé una pinta de cerveza tirada, me comí dos empanadas de queso y cebolla, hablé con todas las editoras y poetas sueltas por el salón, hice que Natalia Litvinova me firmara su libro, me resigné a no llevarme la poesía reunida de Andruetto, ni la de Maky Corvalán, ni la de Irene Gruss porque elegí libros más chiquitos, pensados como cuerpas únicas. Y me gasté todo el efectivo que pude sacar del cajero porque cobré ayer, porque comprar poesía no es un trámite monetario sino un intercambio de amor en papeles y porque el mes pasado fue, sin exagerar y contra toda situación nacional, la primera vez en mi puta vida que llego con guita a fin de mes. Estoy creciendo y lo festejo como se me canta.