Además de jubilada y transplantada,
además del sueño cumplido de levantarme a las 10
y no peinarme,
de la promesa de transformarme
en la vieja de las plantas,
la de los gatos, la que hace "los mandados"
día a día y en ojotas,
le sumo la vigilancia avara
de todas mis posesiones:
controlo puertas, auto modelo 96,
animales, macetas,
libros, celular retro,
amigues, hijis, rayo de sol que me atraviesa
de un patio a otro.
Del inédito e inconcluso Manual teórico-práctico de Hermenegilda
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