sábado, 3 de enero de 2015

La culpa es de la presión de los concursos

Tengo terminado hace dos meses mi segundo libro de poemas que comenzó a armarse en enero del 2010, se corrigió en taller en el 2011, fue abandonado a su suerte un par de años y ahora iba para concurso. Pero resulta que el dicho concurso pide el doble de palabras que el dicho libro. Así que vengo a verme en la obligación de ponerme a corregir mi tercer libro de poemas que apenas era un ramillete de entradas en mis blogs.

Y apenas digo: ¿A ver si llego a la cantidad de palabras?, descubro que sí, que llego, que duplico, que sobrepaso, de redundo, como siempre.

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