lunes, 5 de enero de 2015

Circenses

Ataque de pánico


Ey, señor director:
¿Se me puede exigir que camine
por la cuerda floja
si no hay red debajo?

Cuando dije que quería
ser equilibrista,
nunca pensé en tener
que mirar para abajo.

Necesito
mis sombrillas, mis pies pequeños, tus aplausos.



Trapecistas



Creeme: de repente
una está en el aire y tiene que decidir,
simplemente,
si agarrar la manos que le extiende el compañero de trapecio
o dejarse caer.

Si salto hacia vos no es
por confianza ciega
sino por angustia enloquecida.

Si lo hago es porque siempre
amé tus manos.

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