sábado, 1 de febrero de 2014

Tijera y plasticola

Hoy, moscardeando (aunque más lindo sería que existiera una palabra derivada de abeja o de colibrí o de mariposa, aunque mi mamá me decía que no anduviera "mariposeando por ahí") por casa, guardando los libros desparramados por todo apoyo posible, tratando de dejar a mano solamente los de mi final para marzo, me encontré NGC224, un libro maravilloso de Héctor Hernández Montecinos que me acuerdo haber traído de lo de Nurit Kastelan porque pasando la mano (casi los ojos) por sus estantes, me llamó la atención la edición (Limón partico, México) y los versos deslumbrantes.
Hoy volvió a causar su efecto: me ha hecho bloguear y agregar gente al feis y a mi lista de bloguers amigos, hasta me ha hecho escribir aquí que siempre me escapo.

Y lo mejor de todo: Me dieron ganas de hacer poemas "¿visuales?" (como si no lo fueran todos), digo, poemas con tijera y plasticola, muchas ganas. Me voy a comprar un cuaderno tapa dura grande... Estaría bueno usar el libraco de bitácora que tengo hace años por acá con poemas ajenos pegotados... Pero no, mejor no, me haría sentir que tengo 17 años y estoy en mi cuarto nuevo llorando porque nadie me comprende. Mejor buscar nuevo soporte y ver qué hay de nuevo en estas manos.

Prometo fotos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario