Otro libro
Anoche soñé que mi mamá me decía:
"¿Vos estás por sacar otro libro?"
Usaba el mismo tono de reproche,
forma sintáctica amenazadora con que,
hace 25 años, me dijo:
"¿Vos estás embarazada otra vez?"
No me mirarme la panza en esta ocasión,
pero aclaraba:
"Me enteré por las redes sociales".
Y yo,
como disculpas,
le decía:
"Sí, te lo iba a mostrar cuando estuviera listo."
En el sueño no se sabía
si ella estaba viva para estas fechas
o si hay redes sociales donde les muertes
participan activamente.
La explicación realista
Anoche soñé que estaba en mi casa
(una casa mía que no era ésta)
y entraba una nube de humo
espeso, gris, gordo,
que desplazaba y carcomía
todo a su paso.
Mis hijos e hija corrían
y salíamos de la habitación en la que estábamos
(la mía).
Yo pensaba en salvar mis libros,
lloraba porque no podía
llevármelos para que el pegote ése
no los deshiciera,
pensaba
en salvar mis ediciones del Quijote y de
El señor de los anillos.
No podía,
salía
y cerraba la puerta detrás de mí.
Con el cuco encerrado,
llamaba a mi hermana.
Mi hermana le avisaba a mi mamá
que yo estaba en problemas y mi vieja,
que estaba normalmente viva y normalmente
dispuesta a ayudar con algo de crítica destructiva,
venía y, con mucha decisión operativa,
abría la puerta de mi pieza
Para ver qué había pasado.
Yo pensaba si iba a creer
en la explicación fantástica
(hay un monstruo en mi pieza)
y cuando entráramos
todo sería una masacre,
o en la explicación racional
(algo estaba roto y se arreglaría).
Tenía en la cabeza
la teoría de los dos finales posibles
del cuento fantástico. Mi vieja, no.
Entonces veía
que mis libros estaban todos ahí,
intactos,
rodeados de un poco de humito.
En escena aparte,
el electricista me decía,
delante de la mirada reprobatoria de mi vieja
y de una amiga nueva
que hice la semana pasada en el gym,
que no tengo que poner tantos enchufes
en el mismo toma corriente,
que tengo que limpiar más seguido
porque la mugre había producido
un cortocirtuito.
Mi amiga nueva me decía
que tengo que trabajar menos,
trabajar menos,
trabajar menos...
Y yo me preguntaba cómo, cómo, cómo...