El miércoles tipo 11 de la noche, cuadernito de Vasalisa en mano y sufriendo con estos teclados prehistóricos y deformes donde en tipeo me hace doler la espalda y el cuello, contabilicé que me faltaban solamente 7 poemas para tener el archivo listo para concurso que cierra hoy viernes.
La cosa es que cuando llego al último mi yo de 2021 me avisa que sigue en otro cuaderno. Corro a buscarlo rogando que sean poquitos más y no, felizmente, estaba todo el otro cuaderno lleno. Desesperada le pedí a Magdalena si podía venir a dictarme. Me dijo que sí y yo seguí y seguí, ella vino ayer después del trabajo y me dio mucha cosa que me dictara o dicatrle pero felicidad y entretejido total. Terminé ayer a las 7 de la tarde. Hice mi clase de rumba flamenca hasta las 8, me bañé, me cambié, me pedí un uber porque cero ganas de manejar hasta Bella Vista y me fui a lo de mis cuñades porque mi sobri la Bianca festejó su egreso como azafata.
Una maravilla levantarme hoy, dar la última leída y enviar enviar enviar.
