He visto a los brillantes minones de mi generación
repetir manías de minita "mujer" a las que obliga patriarcado,
sacarse fotos haciendo trompita, entangadas, destangadas, con culotte.
He visto a los brillantes minones de mi generación
cuidar al marido como si fuese de oro,
vanagloriarse de planchado de camisas (por parte de él o de ella),
de "ayuda" en la cocina porque "es recompañero".
He visto a los brillantes minones de mi generación
condimentar la ensalada los domingos,
dar y pedir un aplauso para el asador, más
vino para el abuelo, menos
chistes feministas y de política en la mesa.
He visto a los brillantes minones de mi generación
preguntar si "estás sola" y traducir sin un hombre,
dar consejos buena onda sobre badoo y tinder,
contarte su experiencia, ejemplificarte
con el amor de secundaria reencontrado a los 50.
He visto a los brillantes minones de mi generación
militar el pañuelo verde, el violeta, el naranja,
hamacarse bastante con la murga de las pibas,
dar testimonio de "en mi época", denunciar femicidios
y volver a tiempo para preparar la cena.
(Continuará...)
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